Anaisa Franco y Olga Diego
Comisaria: Teresa Lanceta
Olga Diego quiere volar y vuela. Sus globos la transportan a ella y a su cámara. A vista de pájaro y, a veces, casi de avión, en sus Experimentos aerostáticos ve y toma la ciudad que se mueve frenética abajo o muestra la soledad de los saharauis que desde el cielo se hace más descarnada y dolorosa. También construye prótesis y mecanismos diversos que la visten en su Circuito o en la Rana voladora y que son co-protagonistas de sus vídeos y de sus delicados dibujos.
Anaisa Franco trae de Taipiei una bola que dibuja en el espacio y una dentadura que grita al que se acerca. La tecnología taiwanesa le ha servido para crear unas esculturas referidas al cuerpo humano, una constante en su trabajo, pero sus piernas, brazos o cabezas no son robots que nos sirvan un café, sino que nos llevan al mundo de los sueños, nos hablan. Depurados artilugios tecnológicos que hacen volar y dibujan en el aire. Como Olga acompaña sus artefactos con delicados dibujos que como los de ella, reafirman su condición poética y unos vídeos que, tanto los de animación como con los que documenta sus instalaciones, muestran su compromiso con el arte.
(Fragmento. Teresa Lanceta)