'PASTA FRESCA'

 

 

Artista:

 

 

Fernando Renes




Bajo el título Pasta fresca se presentan los trabajos realizados por Fernando Renes, (Covarrubias, 1970), durante su estancia en la Academia de España en Roma.

Esta exposición individual, la primera realizada por el artista en la Galería Adora Calvo, no sólo nos permite conocer su trabajo, sino que nos  invita a participar en su reflexión sobre el papel del dibujo como herramienta para analizar la realidad social y política contemporánea. El propio título de la muestra participa de esta invitación al juego, la Pasta fresca que se nos presenta nos remite a la materialidad de la pintura, pero también a los tópicos sobre Italia y a la base del sistema de funcionamiento político actual, el capitalismo.

A lo largo de la exposición no podemos obviar la importancia de la ciudad de Roma, no sólo por su historia o relevancia cultural, sino como referente dentro del imaginario imperialista y totalitario que todavía manejamos.



Apuntes en un cuaderno de viaje

“Yo procuro evitar cuidadoso pensar en la esperanza que tengo de ver estos espectáculos magníficos, á fin de aprovecharme bien, antes de mi marcha, de la vieja Capital del Mundo.”
Johann Wolfgang Goethe, Viaje a Italia, 1816


“Pero ya todo es humo, y os asombraríais
si, dentro de los escombros del incendio,
oyéranse reclamos de frescos
niños desde los establos o magníficos
tañidos de campana retumbando de hacienda
en hacienda, por los abruptos atajos
desolados que se vislumbran desde la calle”
Pier Paolo Pasolini, Reparación poética de Roma, 1961

“Roma Roma mia
Tesoro mio, bella”
Kate Bush, Prologue, 2005


    Roma, ya la propia sonoridad de esta ciudad genera un torbellino de ideas e imágenes y una noción de peso, pero Roma, la vivida, aumenta su gravedad y los estratos de historia se van cargando sobre nuestros hombros reduciendo aún más nuestra escala. Esta gravedad se acrecienta si el prisma con que contemplamos esta realidad es el del arte. La capital no sólo ha sido uno de los centros artísticos, sino que ha trasformado ese poso histórico en algo mítico, convirtiéndose en un lugar de peregrinación.

    Desde el siglo XVII los países anglosajones propiciaron la aparición del Gran Tour, un recorrido formativo por la Europa continental que culminaba en Roma. Este itinerario se construyó a partir del pensamiento romántico, pero no debemos obviar que el Romanticismo surge dentro del paradigma ilustrado que, en su ideal racional, proyecta una nueva relectura sobre la historia antigua de Grecia y Roma.

    En la actualidad el imaginario de la modernidad ha diluido esta ideal de Roma como cima del aprendizaje estético y político. Las lecturas que se nos proponen son meramente contemplativas, como si su realidad no fuese relevante en nuestros días. Un quiebro en el relato histórico.

Así que no debe extrañarnos que una de las empresas culturales de la Primera República fuese fundar la Academia de España en Roma en 1873, siguiendo con la labor de la Real Academia de San Fernando de enviar becarios a esta ciudad desde 1763.

Fernando Renes, (Covarrubias,1970), ha disfrutado de esta beca durante el periodo 20013-2014 realizando la producción que se exhibe en esta muestra. Esta estancia ha condicionado gran parte de este trabajo, pero mostrando la suficiente inteligencia y habilidad para inscribir el poso histórico de la ciudad en su producción.


Roma-New York, (2014) Este dibujo de Fernando toma el color y la forma de muchos souvenirs italianos para incorporar el texto: “La horizontalidad de Nueva York, la verticalidad de Roma. Las dos son inabarcables, Nueva York por su inabarcabilidad del instante, es tanto lo que ocurre ahora mismo; y Roma por su inabarcabiliad vertical, es tanto lo que ha ocurrido.” Nueva York es un territorio bien conocido por el artista ya que ha residido allí durante un periodo de tiempo pero, lejos de una fascinación ensimismada que separase estas dos capitales, el artista las obliga a dialogar, suspendiéndolas en el espacio de la memoria –souvient-, recuerdos y referentes de la construcción del imaginario del poder.

Recorridos horizontales y verticales, estratos, tiempo… Dos imperios separados por océanos, pero imbricados en sus estrategias y en sus modos de hacer. Ambas ciudades emplean uno de los colonialismos más perversos, aquel en que los ciudadanos asumen un idioma y una herencia cultural extrañas como propias. Al utilizar el mismo recurso formal para unificarlas, para “rebajar” ese poso cultural en un objeto de consumo cercano, nos informa de otra de sus estrategias que permitieron la popularización de sus dictados, la transformación de la cultura popular en una cultura normativizada.

A partir de este choque lo único que podemos es recrear distintos itinerarios, el Gran Tour convertido en un bucle melancólico, el antecedente del turismo fagocitado por él devolviéndole sus productos trasformados, pervirtiendo su sentido. A fin de cuentas la inclusión de textos en las imágenes nos remite a una de las tácticas más habituales y activas de la Internacional Situacionista, la detournement.

Pero abandonemos a los imperios para centrarnos en el desde donde se habla, volvamos a construir el relato y tomemos el título de la exposición como guía, Pasta fresca, su propia polisemia nos obliga a girar sobre nosotros mismos y sus tres ejes se mezclan sobre el papel: pintura, Italia, dinero… Pero estas tres realidades están construidas desde la pintura, así que tomemos este elemento para llevar el discurso al orden.

Una vista de los tejados desde el estudio del artista, los monumentos de la ciudad, el interior de sus basílicas, manteles y paños ornamentados con motivos “típicos de la zona” y contaminados con textos poéticos… Fernando Renes toma todos estos elementos para hablar de la pintura, al mismo tiempo que hablar de sí, pero no los utiliza como un retrato narcisista, sino con la humildad de hablar desde uno mismo a fin de universalizar sus preocupaciones. Nos desvela las cosas que le inspiran, pero evidenciando que en ellas existe una fricción, una incomodidad con el mundo que, como ciudadano, le ha tocado habitar; y ese espacio de incomodidad se traslada a la forma.

Las obras presentes en esta exposición podrían tomarse como un recorrido por los recursos con los que ha venido trabajando el artista –el dibujo, los textos insertos en él, la arqueología de la imagen en movimiento desvelando el truco y el efecto…- pero al mismo tiempo este “muestrario” evidencia el trabajo por repensarse, por incorporar otros lenguajes, equiparándolos. Los dibujos de Fernando Renes nos someten a la incomodidad de lo familiar desvelando su andamiaje, formas figurativas y abstractas conviven a fin de evidenciar que lo que leemos son signos, que el desvelamiento de estas imágenes no es algo exterior a nosotros. Su trabajo nos obliga a pensarnos en el acto de leer –imágenes, textos…- como constructores que utilizan claves aprendidas, tomadas de macrodiscursos que hemos asumidos como naturales: el arte, el buen gusto, la economía, la estética, la historia, la política…

Construir desde la conciencia de una ruina y al mismo tiempo no dejarse llevar al territorio de la melancolía. Siendo consciente de que se habla desde la cuna de imperios vivos y de uno supuestamente muerto. El uso del plural y el singular en este caso no es inocente, Nueva York está presente en esta muestra no sólo en sus citas y en sus artefactos –el dólar– sino también en los mecanismos para epatar al mundo, para asombrarle con su exaltación del poder, pero también lo está la iglesia y la Roma Antigua, presente como un eco, un bajo continuo que repite incansable los modos de hacer, las estrategias.

Italia es evocada como presente, siendo conscientes de que esa temporalidad no existe, no es más que un instante entre el pasado y el futuro, pero desde ese instante se amarran los otros dos. La Historia se construye desde las historias presentes y Fernando Renes en su trabajo nos obliga a enlazarlas, a no obviar esa latencia y esa permanencia de los ritos y los imaginarios. La convivencia del Coliseo junto al Dólar o de las fuentes junto al Skyline no son casuales, son la constatación de una realidad presente. Nuestra memoria puede engañarse, los relatos pueden tergiversarse pero la mera contemplación del mundo como puede darnos claves de ese engaño.

Tenemos ya la pintura y una imagen de Italia que se expande y se proyecta al todo. No como país, como identidad o como cultura, sino como ardid de poder. El tercer eje esta vinculado con el anterior. La economía se ha convertido en la religión suprema, nuestra fe en un sistema económico nos lleva a obviar las mayores atrocidades y el papel moneda se convierte en un símbolo de comunión, mancillarlo es transgredir un tabú. No es la primera vez que eso ocurre; Gainsbourg, Meireles, Moraza… encontramos muchos nombres que hecho un “uso inadecuado” de este emblema. Pero no lo han utilizado para reescribir una historia, para hablar de los imperios, desde los más evidentes (Estados Unidos, el triunfo del capital…) a los más invisibles (nuestros deseos, la propia pintura…). Fernando Renes vuelve a subvertir y a entrelazar, la pasta que nos presenta vuelve a engordarse de sentidos, condimentada con aglutinantes indigestos. Lo único que nos queda es descubrir como degustamos ese plato.

 

 


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 1 “El modo de pensar romano toma prestadas las palabras griegas sin la correspondiente experiencia originaria de aquello que dicen, sin la palabra griega. Con esta traducción, el pensamiento occidental empieza a perder suelo bajo sus pies.” Martin Heidegger,  “El origen de la obra de arte”, Caminos de bosque, Madrid, Alianza, 1996, pp. 10-11


2  “Después de este banquete regado con sangre, histérico y farsante, después de estos filósofos desacreditados, ¿cómo proponer aún doctrinas sin atender primero a su aplicación, a su naturaleza pragmática? De otro modo nos contentaremos con ejercer la filosofía como matemáticos que apañan conceptos, o como geómetras tentados por el dibujo de figuras imposibles.” Michel Onfray, Teoría del cuerpo enamorado. Por una erótica solar, PRE-TEXTOS, Valencia, 2002, p. 222

 

3 “La caída del Imperio Romano demostró visiblemente que ninguna obra salida de manos mortales puede ser inmortal” Hannah Arent, La condición humana, Buenos aires, Paidos, 2009 p. 33


4  “Cada mañana, la era cristiana irrumpe en la roca, pero entre las murallas de abajo la noche sigue disgregándose en los cuatro antiguos barrios romanos. Callejuelas como pozos de ventilación. En la plaza del mercado, una fuente. A última hora de la tarde, mujeres a su alrededor.” Walter Benjamin, Dirección única, Alfagura, Madrid, 1997, p. 83


5  “No obstante, si dejamos fuera de la cuestión el género del verbo, todos queremos "regir" la historia de cualquier manera que sea posible: el escape de la pesadilla de la historia, la conquista por parte de los seres humanos del control sobre las "leyes" en otros aspectos aparentemente ciegas y naturales de la fatalidad socioeconómica, siguen siendo la voluntad irreemplazable de la herencia marxista, cualquiera sea el lenguaje en que se exprese.” Frederic Jameson, Marxismo y posmodernismo, El giro cultural, Buenos Aires: Manantial, 2002. p. 59

 

 


Eduardo García Nieto
Comisario y educador


   




 

Galería Adora Calvo

 

C/Epidauro,53 (Las Rozas, Madrid)

Tel. +34 630 046 856

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